sábado, 14 de abril de 2012

La cosa va de Estrellas

He decidido echar la vista atrás, y fijarme en los últimos meses, diría casi un año, en el que he podido disfrutar de unas cuantas estrellas. Nueve para ser exacta. Evidentemente, si es la primera vez que alguien lee mi blog, lo de las estrellas se le hará un poco extraño, pero para quienes lo conocen, ya sabrán por dónde van los tiros.
Y estareis pensando... ¿en qué restaurantes se habrá metido esta vez?

Creo que os doy buenas pistas si digo que no me ha hecho falta salir de Donostialdea, y que a uno de ellos ya es la tercera vez que voy.
Enfin, a nadie le sorprenderá encontences que vaya a hablar de Arzak, Akelarre, Kokotxa, y por supuesto Mugaritz.

Comenzaré por el principio.

ARZAK

Es fácil imaginar, que cuando una persona se dispone a entrar en Arzak (aunque yo iba poco mentalizada, ya que se trataba de una sorpresa), se espera lo más alto. No soy yo quien vaya a negar la calidad del restaurante, pero quizás mis expectativas superaban demasiado la realidad, o simplemente pensaba encontrarme otros platos.
No quiero que lleveis mala impresión, la satisfacción es muy grande al salir, pero lo mejor es no hacerse películas y no esperar nada.

Tampoco voy a comentar plato por plato lo que degusté, ya que no creo que se trate de explicar cuáles son los platos que se comen allí. Sino que os voy a explicar lo que más me gustó, y por lo tanto, lo que menos, que fueron los platos de carne.

Me gustaron los aperitivos, que sacaron todos de golpe, como si se tratara de una lluvia de mini-platos, y los pescados muy sabrosos y con un juego visual muy divertido. 

 Pero sin duda, el plato estrella para mi fue el Huevo Marino de Roca. Espectacular.

Los postres me gustaron especialmente. Soy una amante del chocolate y mis deseos se vieron cumplidos cuando degusté un plato de "Canicas de Chocolate" del que no os voy a enseñar foto, ya que no le hace justicia... Os dejo la duda del aspecto de los platos, ya que no quiero que os hagais ideas de lo que comereis si vais. 
Como os he dicho, yo tenía una serie de expectativas que no corresponden con la realidad, aunque a pesar de ello ¡salí feliz!


domingo, 18 de diciembre de 2011

Tarifas móviles en España en 2011


Tarifa ± 30€
Nombre Plan
Precio compañía iva incl.
Minutos
en llamadas las 24 horas con cualquier operador
Navegación
Precio min sobrepasado el límite
Velocidad internet pasado límite/pago extra: sí o no
SMS
Varios
Euskaltel
Tarifa Plana 25
29,38€
300 min
M3GUSTA
Gratis para clientes con Internet en casa. Si no hay que contratar a parte
Precio por minuto 19 cént. (22,42 cént. IVA inc.) Establecimiento de llamada: 15 cént. (17,70 cént. IVA inc.)
Reduce la velocidad a 168kbps de bajada y 64kbps de subida
17,7 IVA inc.
Hay que contratar tarifa internet a parte
Movistar
Habla y Navega 30
35,40€
150 min
500MB
Precio por minuto: 18 cént.
(21,24 con IVA).
Establecimiento de llamada: 15cént.
(17,70 con IVA).

Reduce la velocidad a 64kbps de bajada y 16kbps de subida
Gratis
SMS interpersonal a todos los operadores a cualquier hora
Combinación de las opciones Habla 15 y Tarifa Plana Internet 15
Orange
Delfín 30
35,40€
300 min
300MB
Precio por minuto 0,21 € IVA inc. Más establecimiento de llamadas 0,18 € IVA inc.
Reduce la velocidad de acceso en bajada a 128 kbps.
No se paga
18 cént. IVA inc.
Cuota de alta excepto portabilidad
Yoigo
La Plana de 30
35,40€
360 min
360MB
Precio por minuto es de 14,16 cent. IVA inc.
Establecimiento de llamada 17,70 cént. IVA inc.
La velocidad se reduce hasta un máximo de 64 kbps sin coste adicional.
Nacional e internacional 11,8 cént. IVA inc.
Limitado a 100 números al mes.
Vodafone
@S
37,76€
200 min
300MB
Precio por minuto es de 20 cént. (23,60 cént. IVA inc.), más establecimiento de llamada 15 cént. (17,70 cént. IVA inc.) a cualquier hora y a cualquier operador
Reduce la velocidad a 128 kbps
No se paga
15 cént. (17,70 cént. IVA inc.)
Número VIP Vodafone sin restricciones de horarios ni limitaciones.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Parón estival

Desgraciadamente éste blog lleva mucho tiempo parado, sin embargo tengo que confesar que tengo varias cosas pendientes de mencionar, así que si alguien está preparado para seguir hablando de gastronomía, no podreis perderos mis próximos posts, llenitos de estrellas.

viernes, 10 de junio de 2011

Un viernes en el Narru

Aprovechando que no habíamos celebrado el cumpleaños de mi hermano, el otro día decidimos ir al Narru, el restaurante de Iñigo Peña.
 Sabiendo que disponen de un menú a un buen precio teniendo en cuenta la buena calidad de la comida, no dudamos ni un momento en que, si queríamos comer ahí, debíamos ir un viernes al mediodía.

Hay que destacar los pequeños detalles, como son el que te sirvan un poco de aceite de arbequina junto a un bollito de pan antes de comenzar a comer. Sin duda abre el apetito y se dice que el aceite crudo prepara el estómago antes de ingerir comida.


El menú es bastante sencillo y dispone de tres primeros, cuatro segundos y tres postres. 
Por supuesto, sencillo no quiere decir simple, y es muy probable que se disfrute más una comida en su sencillez y calidad, que con florituras que sólo esconden lo principal.

De este modo, yo me decanté en primer lugar por un Arroz meloso con langostino y chipirón.
De éste plato decir que sin duda sobresale el sabor a marisco y el arroz estaba en un punto perfecto. El problema de los arroces melosos suele ser que bien están muy pastosos o bien muy líquidos, pero de textura me gustó mucho. Sólo una pequeña crítica en relación a la sal. Es cierto que yo estoy acostumbrada a comer con poca sal, pero todo en su punto. Es mejor pasarse por defecto que por exceso. Aún y todo no se notaba mucho y me gustó realmente.

arroz meloso

detalle del langostino

En segundo lugar, hay que decir que encontré mi gozo en un pozo porque no había secreto ibérico, por lo que me decanté por taco de lomo bajo con crema de piquillo confitado.
Podríamos decir que se trata de un trozo de chuleta deshuesada, es decir carne roja tierna, y a la vez crujiente por fuera. Creo que al ver la foto se puede apreciar mejor que si lo explicara yo el aspecto de este plato. Buena carne, poco hecha como a mi me gusta y con su justa medida de acompañamiento.
Taco de lomo bajo
Y para terminar, el postre: crema de queso con migas crujientes de mantequilla.
Creo que es lo que más me gustó. No tengo ninguna foto del interior, y por fuera quizás no tenga el aspecto más atrayente, pero el sabor a queso y mantequilla se notaban tanto que con lo que me gusta el queso y lo golosa que soy, me entraron ganas de pedirme otro!
 Y para terminar, decidimos tomar el café (que viene incluido en el menú) arriba en la cafetería con las vistas sobre la bahía.


Y todo ello por el módico precio de 26€+IVA.Es decir, 28€ por persona. ¿No me diréis que no está mal, no?



miércoles, 8 de junio de 2011

Pequeñas Soussous

Y como han llegado algunas fotos, aquí va alguna para que veais qué artistas que somos.

Yankadi

Makru

martes, 7 de junio de 2011

Bailemos

Porque no todo va a ser comer, habrá que pensar también en gastar lo que ingerimos.
Y en este caso, yo no encuentro mejor manera de hacerlo que bailando.

Este jueves pasado, tuvimos la ocasión de demostrarlo en el Gazteszena tras un año ensayando nuestras danzas africanas.
Y es que tras dos cursos, ya le vamos cogiendo gusto a esto de subirnos al escenario.


Este año, Lur se decantó por unos ritmos concretos: el Yankadi Makru.
Se trata de un baile de la etnia Soussou, del suroeste de Guinea. Su principal función es la seducción (en la parte Yankadi, el ritmo lento) donde los jóvenes se acercan bailando, hasta que comienza el Makru, tras haber depositado uno de los chicos, un pañuelo sobre el pecho de la chica deseada, dónde el ritmo más rápido provoca que se rompan las filas y todos bailen separados. Éstos ritmos se suelen ir alternando.
Y nosotras lo bailamos al ritmo de Mamady Keita, con su Yankadi Makru dentro del álbum Nankama.


¡Y por supuesto, para celebrarlo nos fuimos todas a cenar al Garraxi!

Como no tengo el vídeo aún, os dejo con un grupo que también parece que se lo pasa en grande. A partir del min 3:50 tenemos un Yankadi Makru también.


 

lunes, 25 de abril de 2011

El Pato, un animal noble.


    De la familia Anatidae, el pato es el mejor compañero del Ser Humano. Y si no, que se lo pregunten a Joe y Chandler en la serie Friends, o a cualquier niño que juega con sus patitos de goma amarillos en la bañera o a los que adoran ir a darles de comer a los estanques... 
¡Pero es que el pato además se come! ¡Y es una delicia de animal! Me recuerda un poco al cerdo, del que se comen todas sus partes. Mucha gente no estará acostumbrada, pero no deja de ser un ave que metemos entera al horno, y además podemos comer su foie, sus mollejas...  

Por eso, para mi es casi una religión ir un par de veces al año a un pequeño restaurante familiar al que mi familia y amigos llamamos cariñosamente El Pato.
Su nombre real es el Saint Pierre y está situado en la subida al monte Artzamendi-Mondarrain siendo término municipal de Itxassou/Itsasu en el País Vasco Francés (Iparralde).


Restaurant Saint Pierre
Es un placer disfrutar de los días soleados en su terraza, bajo los árboles y al lado de un pequeño arroyo del que se escucha continuamente el ruido del fluir de su agua.


El apodo de este restaurante viene, como os podreis imaginar, de su comida. Y es que aquí se puede disfrutar de uno de los mejores patos asados que podreis comer nunca. Pero no sólo eso, sino que preparan una serie de platos caseros dignos de cualquier celebración.
No tiene nada que ver evidentemente con la comida que visteis en mi post sobre Mugaritz, sino que aquí se trata de algo totalmente tradicional. 

Eso sí, antes de plantearos ir ahí os aconsejaría que prepararais vuestros estomágos, quizás con una caminata por el monte o con un descenso en rafting por La Nive.

Para acceder ahí, lo mejor es hacerlo por el barrio de Laxia, pasando por el Pas de Roland tomando dirección a Mondarrain. Ahí seguir el letrero que apunta al restaurante (Saint Pierre).

Llegados ahí, la familia os atenderá con mucha amabilidad y os dará la opción de elegir entre el menú de 15€ ó el de 19€ (sin incluir bebida y café). Lo que yo siempre pido y voy a describir es el largo.
En primer lugar tenemos una sopa de verduras y legumbres de la huerta con una pizca de Pimiento de Espelette. Lo traen en sopera para que cada uno se sirva todas las veces que quiera y puedo asegurar que con un solo plato no suele ser suficiente.
En segundo lugar, a elegir entre truchitas fritas y bandeja de embutidos y patés caseros. En verano suelen acompañarlo también por tomate de temporada. Las truchas se pueden ver en un pequeño tanque que tienen al lado del parking donde las mantienen vivas con agua del arroyo fluyendo continuamente, hasta consumirlas.  

truchas fritas

Embutidos y patés

Y por fin llega el plato fuerte. Como ya he explicado yo voy ahí por el pato, pero tenemos la posibilidad también de comer cordero o combinarlo los dos. Aviso que el cordero lo comen ya mayorcito y tiene un sabor muy fuerte. Sea lo que sea lo que elijais, viene acompañado de una fuente enorme de patatas fritas y de lechuga de la huerta. Enfin, sin duda yo pediría únicamente pato, pero siempre podeis pedir que os pongan algo de cordero.
El pato al fondo y el cordero con pimientos

Pero después de este banquete, no penseis que la cosa acaba ahí porque os equivocais. El hijo y el marido de la señora que regenta el negocio, son pastores y hacen ellos mismos su queso de oveja asi que os traerán un trozo grande de queso para que os sirvais vosotros mismos, acompañado por una deliciosa mermelada de cereza negra. Riquísimo.
Y como remate final, el Pastel Vasco, la mamia, o algo de helado en verano. Evidentemente, como hasta ahora, el postre también está hecho en casa (exceptuando el helado claro). 

Como comprendereis, después de éste banquete resulta casi imposible moverse y menos aún tomar la carretera sinuosa de vuelta al pueblo. Asi que os recomiendo simplemente caminar por los alrededores y disfrutar del sol y la naturaleza en estado puro.

Nosotros ésta vez no tuvimos sol, pero como era época de cría no pudimos resistirnos a la tentación de ir a ver los corderos que se encuentran al lado de St Pierre.

 

jueves, 10 de febrero de 2011

Las cosas sencillas

Hace mucho que me digo a mi misma que no debería dejar este blog de lado.
La realidad es que no quiero crear únicamente posts gastronómicos, y cada vez que quiero crear una entrada nueva, estoy deseando hablar de comida. Al final decido no renovar nada porque quiero "innovar".
Pero, ¿y por qué no seguir escribiendo sobre comida?
Hay veces que no nos damos cuenta que pensar de la forma más sencilla es lo mejor, y que tampoco se trata de ser creativos en todo momento, porque entonces la creatividad dejaría de serlo.

domingo, 17 de octubre de 2010

MUGARITZ, algo más que la experiencia de una Reincidente

Quizás quien se espere de esto una descripción más o menos objetiva de lo que supuso, el pasado viernes 15 de octubre, mi paso por Mugaritz, debería saber que no va a serlo; simplemente porque no puede serlo.

Digamos que, inevitablemente, mi vida está unida a ello, o quizás debería decir a "El" o "Ella" (debería preguntarme si Mugaritz fuese persona de que sexo sería). Hace aproximadamente dos años y medio, que por casualidades de la vida, y en mi caso de una manera pasiva e indirecta, mi vida está conectada a Mugaritz.

Aún y todo, no es esto lo que va a condicionar mi descripción; sino que pienso que cualquier persona que ha pasado por ahí (ya sea por buena, mala o indiferente experiencia) no puede describirlo como algo objetivo. Quizás si me dedicara simplemente a los platos, podría enfocarlo más neutralmente, pero entonces ya no estaría hablando de Mugaritz.
Hay quien se refiere a ello como una experiencia, aunque para mi, este término resulta incluso neutral. Es una vivencia.

Pero sin olvidar de que se trata de un restaurante, creo que debería comenzar por el principal atractivo, que son sus platos.

En nuestro caso, comenzamos con los dos aperitivos que acompañamos con un cava Origan rosat y una cerveza Alhambra reserva, muy bien elegidos por el sumiller. Nuestros aperitivos fueron las ya conocidas en mi anterior experiencia, "Piedras comestibles"-Patatas Caolin, y el nabo (aunque siento no recordar exactamente su descripción, pero os dejo las fotos).



¿Qué decir de estos aperitivos? Las patatas simplemente me encantan, acompañadas con su alioli, tan graciosas y tan similares a unos cantos rodados. El nabo fue nuevo, y ese polvo de setas y el contraste con el sabor  y el crujiente de la planta le daba muchísimo encanto. Por cierto, antes de olvidarme, también quería señalar que para mi fue una novedad la elección de panes, ya que antes no se ofrecía; y con lo panera que soy yo! Degustación de panes por lo tanto....

Ataquemos entonces el menú: Este primer plato fue para mi uno de los mejores. Con un sabor muy intenso, y un olor que invitaba a a cerrar los ojos y disfrutar del momento y de nuestro olfato: las lenguas de pato con una mezcla de hojas tiernas, hierbas frescas y reducción de asado. Es cierto que puede resultar incomoda la textura (no fue mi caso) de las lenguas, gomosas y crujientes al mismo tiempo.




Este siguiente plato era uno de los que más expectación me creaban: la menestra de verduras asadas y crudas, hierbas de hoja y brotes silvestres y cultivados. Se trata de un plato con un innombrable número de vegetales, todos ellos tratados de diferente manera; por lo cual cada bocanada nos descubre un sabor y un tacto nuevo, y en cada persona diferente, ya que nadie come un bocado igual y eso se nota sobre todo con el último bocado, en que a cada uno nos quedan diferentes vegetales en nuestro plato, y por lo tanto un plato diferente.




Contrastando con esta textura, seguimos con el Bacalao glutinoso sobre una crema gelatinosa de piñón y resina de mastik. Creo que con el nombre os podreis hacer una idea del cambio de textura al que me refería. Un plato realmente interesante y con un sabor muy curioso el de la resina de mastik.




Tras este estupendo bacalao vino un plato bastante sorprendente; gracias en parte al personal de sala. Ese personal que hace que parezca que tu mesa es la única en todo el restaurante, y que pasan inadvertidos cuando quieren, y reaparecen en el momento preciso. Ellos son, los que en este caso, te invitan a jugar con los sentidos, haciéndote cerrar los ojos y oler la tapa de este plato. Si digo lo que hay que adivinar, rompería la magia de futuros comensales, así que simplemente voy a nombrar parte de sus ingredientes. Potaje meloso de pan y buey de mar (aquí lo llamamos txangurro). Aunque, para mi gusto, el sabor del txangurro quedaba excesivamente camuflado.



Voy a comentar juntos los dos siguientes platos, ya que sencillamente ambos estaban en su punto y te invitaban a degustar su intenso sabor, aunque perfectamente equilibrado para no enmascarar ningún ingrediente o cocción.
Escalope de foie gras ahumado a la parrilla y asado de arraitxikis de bajura (en este caso tocaba cabrarroca) con hebras de setas y un puñado de flores de ajo.



En una línea muy similar al arraitxiki, tenemos el gallo. Son dos platos que a mi me traen una sensación de hogar, dejando de lado los grandes pescados o mariscos, podemos disfrutar de unos pescados de buenísima calidad que estimulan en nuestro cerebros unas conexiones que provocan en nuestro cuerpo (al menos en mi caso, ya que aqui interviene la ontogénesis de cada uno) una sensación próxima a la del ambiente de familia.
Pero en este caso jugamos con que el gallo estaba relleno de huevas vegetales y con hierbas escabechadas.




El siguiente plato para mi fue diferente ya que no tolero las carrilleras, aunque me encantan! Pero imposible de digerir debido a mis problemas estomacales, asi que me quedé con las hebras de raya doradas en mantequilla tostada y un brillo untuoso de cerdo. Seguramente el plato más sorprendente para mi! No me esperaba tal intensidad para este plato: un logro. Aún tengo su gusto en mi boca tres días después. Este es uno de los platos en los que te das cuenta la pena que da volver mas tarde a la vida normal; o debería decir a la vida real, porque allí parece que estás en otra dimensión.



Añado la foto de la carrillera:



Para rematar con los platos salados, acabamos con el solomillo de pato sobre aliño de achicorias frescas y tostadas. En cualquier otro sitio este plato hubiese sobresalido más en mi opinión. Sin dejar de estar bueno, me dejó mas bien fria ante él, cuestión de gustos.




¡Por fin atacamos los postres!
Esta vez, no comimos la increible torrija de Mugaritz. Pero estos postres supieron hacer acabar la comida in crescendo.
Para comenzar, con un nombre muy poco concreto que consigue captar nuestra atención y despertar nuestra curiosidad: varias cucharadas de contrastes afines: crema de leche, hojas y dulces. Tambien conocido como apio-nabo. Simplemente indescriptible. Un sabor único, a la vez nuevo y familiar.





Seguido de una taza de camomila aderezada con nectar de cacao.



Y de un postre sencillo y fresco, un auténtico homenaje a nuestra tierra, aunque como imaginareis, no siempre es lo que aparenta: nueces rotas, tostadas y saladas, crema helada de leche y gelatina de Armagnac.



Y como era imposible para mi no probarlo, pedimos un postre extra. Un auténtico juego con su presentación, muy gracioso. Os dejo una foto del plato tal cual se presenta, ahora lo demás teneis que descubrirlo vosotros. Cristal blanco de azúcar y arcilla: GANACHE ATEMPERADA de pellas rasgadas y cobertura perfumada.



Enfin, no me gustaría cargar este texto intentando explicar lo que yo sentí ahí. No es sólo la comida y la bebida (de la que por cierto no he hablado, quizás lo haga otro dia). Se trata del lugar, el trato, el ambiente, la temperatura, las evocaciones, los sentidos, el olvido del reloj, la compañía, y muchos más elementos que hicieron que por fin sintiera paz. Quizás no me creais, pero había olvidado esa sensación que tanto he ansiado evocar durante el último año de mi vida, y tan lejana veía. Por eso, simplemente os dejo una foto de la cara con la que acabé mi jornada ahí. Si no veis felicidad en ella, os recomendaría revisaros la vista.